NIGERIA vive su negra NAVIDAD

En Nigeria, los islamistas pintaron de negro la Navidad. Pero ¿por qué? Es una pregunta que no espera respuesta. Aunque tiene una un tanto espeluznante: “Boko Haram”, o lo que es lo mismo, “la civilización occidental es pecado”. Para castigar ese pecado occidental, los radicales quitaron la vida a unas cincuenta personas e hirieron a más de un centenar, colocando cinco bombas en iglesias, cuando los católicos nigerianos celebraban el nacimiento del Cristo, el Príncipe de la Paz. 

Vivimos en una civilización, de hondas raíces cristianas, donde prevalece la dignidad de la persona. El mismo Dios se hizo hombre para salvar a los hombres, este hecho nos lo recuerda la Navidad, Dios se hace persona. El cristianismo supuso una cultura nueva que defiende al hombre desde el mensaje del Señor Jesús. Y seguimos y seguiremos pidiendo por la paz, porque Jesús nos dará la fuerza para afrontar toda tribulación. Él mismo entregó su vida por Amor y ya gozan de su presencia nuestros hermanos, los mártires nigerianos del 2011 que celebran el nacimiento del Mesías en la Casa de Dios.


Los obispos españoles muestran sus condolencias ante estos atentados en Nigeria mediante una carta.

Excelencia Reverendísima: 

Los Obispos miembros de la Conferencia Episcopal Española nos unimos a la profunda tristeza expresada por el Papa Benedicto XVI, con motivo de los atentados que, también este año, en el día del nacimiento de Jesús han causado luto y dolor en algunas iglesias católicas de Nigeria.

Nos solidarizamos con los hermanos de la comunidad cristiana en Nigeria; con los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos. Le pedimos al Señor que, en estos momentos de dura prueba, les fortalezca para que sigan dando ejemplo con su testimonio de vida, favoreciendo una convivencia pacífica.

Al mismo tiempo, condenamos estos crímenes horrorosos que deforman el verdadero sentido de la religión, que es una fuente de paz. Los atentados son un claro ejemplo de que el terrorismo siempre es fruto de un odio ciego y absurdo. La violencia es un camino que sólo conduce al dolor, a la destrucción y a la muerte. La reconciliación y el amor son los únicos caminos para alcanzar la paz.

Asimismo, pedimos a la comunidad internacional que no cese en el empeño de condenar estos atentados. Al mismo tiempo, elevamos nuestra oración, junto con todos los fieles de la Iglesia que camina en España, para que el derecho fundamental de la libertad religiosa, tanto de la comunidad católica como el de todos, sea siempre respetado.

Expreso a Vuestra Excelencia nuestros sentimientos de comunión. Unidos en la oración.

Antonio Mª Rouco Varela

Cardenal Arzobispo de Madrid