DISCULPEN LAS MOLESTIAS

Durante una temporada por motivos personales dejaremos de emitir noticias y publicaciones, lo sentimos.
Esperamos volver pronto para acercar La Iglesia en Estepona a sus hogares.
Siempre a vuestro servicio.

lunes, 18 de febrero de 2013

Triduo al CAUTIVO

PIADOSO Y SOLEMNE TRIDUO EN HONOR A NTRO. PADRE JESÚS CAUTIVO.

Parroquia Sta. María de los Remedios.

Del 1 al 3 de marzo.


La Ilustre y Venerable Hermandad Sacramental de Nazarenos de Ntro. Padre Jesús Cautivo y María Stma. de la Salud invita al pueblo de Estepona a la celebración del Piadoso y Solemne Triduo en honor a su titular, Jesús Cautivo, que tendrá lugar los días 1, 2 y 3 de marzo. Los cultos comenzarán a las 19:00 horas con la Exposición del Santísimo y a las 19:30 tendrá lugar la celebración de la Eucaristía.

El viernes, 1 de marzo, al acabar la Misa tendrá lugar un Concierto de la Agrupación Musical Jesús Cautivo en la Plaza San Francisco,
El sábado, 2 de marzo, concluida la Eucaristía se llevará a cabo la VI Exaltación a la Mujer de Mantilla a cargo de D. Miguel Chacón Vílchez.
El domingo, 3 de marzo, acabada la Santa Misa se realizará el tradicional Besapiés de Ntro. Padre Jesús Cautivo.

viernes, 15 de febrero de 2013

Cabildo Ordinario del AMOR

LA HDAD. DEL AMOR CELEBRA SU CABILDO ORDINARIO.

Parroquia Ntra. Sra. del Carmen.

22 de febrero.


El próximo vienes 22 de Febrero a las 20:30 horas en 1ª convocatoria y a las 21:00  horas en 2ª convocatoria en el salón  parroquial de Ntra. Sra. del Carmen, con el siguiente orden del día:

  • Lectura y aprobación del acta anterior.
  • Aprobación de la Salida Procesional e importe de las papeletas de sitio.
  • Aprobación del Orden de Procesión
  • Cultos y actos a celebrar durante la Cuaresma.
  • Elección de los censores de cuentas.
  • Ruegos y preguntas.

Desde la Hermandad recuerdan que el Cabildo es el máximo órgano de deliberación y toma de decisiones de la Cofradía, por ello es de sumo interés que la celebración de dicho acto cuente con el mayor respaldo y consenso de los hermanos por ello os pedimos vuestra colaboración y participación en dicho acto.

Más información en www.amoryesperanzaestepona.com

jueves, 14 de febrero de 2013

Llegó la CUARESMA

MENSAJE DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI.


Cuaresma 2013.



Creer en la caridad suscita caridad
«Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 4,16)

Queridos hermanos y hermanas:

La celebración de la Cuaresma, en el marco del Año de la fe, nos ofrece una ocasión preciosa para meditar sobre la relación entre fe y caridad: entre creer en Dios, el Dios de Jesucristo, y el amor, que es fruto de la acción del Espíritu Santo y nos guía por un camino de entrega a Dios y a los demás.

1. La fe como respuesta al amor de Dios

En mi primera Encíclica expuse ya algunos elementos para comprender el estrecho vínculo entre estas dos virtudes teologales, la fe y la caridad. Partiendo de la afirmación fundamental del apóstol Juan: «Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 4,16), recordaba que «no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva... Y puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn 4,10), ahora el amor ya no es sólo un “mandamiento”, sino la respuesta al don del amor, con el cual Dios viene a nuestro encuentro» (Deus caritas est, 1). La fe constituye la adhesión personal ―que incluye todas nuestras facultades― a la revelación del amor gratuito y «apasionado» que Dios tiene por nosotros y que se manifiesta plenamente en Jesucristo. El encuentro con Dios Amor no sólo comprende el corazón, sino también el entendimiento: «El reconocimiento del Dios vivo es una vía hacia el amor, y el sí de nuestra voluntad a la suya abarca entendimiento, voluntad y sentimiento en el acto único del amor. Sin embargo, éste es un proceso que siempre está en camino: el amor nunca se da por “concluido” y completado» (ibídem, 17). De aquí deriva para todos los cristianos y, en particular, para los «agentes de la caridad», la necesidad de la fe, del «encuentro con Dios en Cristo que suscite en ellos el amor y abra su espíritu al otro, de modo que, para ellos, el amor al prójimo ya no sea un mandamiento por así decir impuesto desde fuera, sino una consecuencia que se desprende de su fe, la cual actúa por la caridad» (ib., 31a). El cristiano es una persona conquistada por el amor de Cristo y movido por este amor ―«caritas Christi urget nos» (2 Co 5,14)―, está abierto de modo profundo y concreto al amor al prójimo (cf. ib., 33). Esta actitud nace ante todo de la conciencia de que el Señor nos ama, nos perdona, incluso nos sirve, se inclina a lavar los pies de los apóstoles y se entrega a sí mismo en la cruz para atraer a la humanidad al amor de Dios.

«La fe nos muestra a Dios que nos ha dado a su Hijo y así suscita en nosotros la firme certeza de que realmente es verdad que Dios es amor... La fe, que hace tomar conciencia del amor de Dios revelado en el corazón traspasado de Jesús en la cruz, suscita a su vez el amor. El amor es una luz ―en el fondo la única― que ilumina constantemente a un mundo oscuro y nos da la fuerza para vivir y actuar» (ib., 39). Todo esto nos lleva a comprender que la principal actitud característica de los cristianos es precisamente «el amor fundado en la fe y plasmado por ella» (ib., 7).

2. La caridad como vida en la fe

Toda la vida cristiana consiste en responder al amor de Dios. La primera respuesta es precisamente la fe, acoger llenos de estupor y gratitud una inaudita iniciativa divina que nos precede y nos reclama. Y el «sí» de la fe marca el comienzo de una luminosa historia de amistad con el Señor, que llena toda nuestra existencia y le da pleno sentido. Sin embargo, Dios no se contenta con que nosotros aceptemos su amor gratuito. No se limita a amarnos, quiere atraernos hacia sí, transformarnos de un modo tan profundo que podamos decir con san Pablo: ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí (cf. Ga 2,20).

Cuando dejamos espacio al amor de Dios, nos hace semejantes a él, partícipes de su misma caridad. Abrirnos a su amor significa dejar que él viva en nosotros y nos lleve a amar con él, en él y como él; sólo entonces nuestra fe llega verdaderamente «a actuar por la caridad» (Ga 5,6) y él mora en nosotros (cf. 1 Jn 4,12).

La fe es conocer la verdad y adherirse a ella (cf. 1 Tm 2,4); la caridad es «caminar» en la verdad (cf. Ef 4,15). Con la fe se entra en la amistad con el Señor; con la caridad se vive y se cultiva esta amistad (cf. Jn 15,14s). La fe nos hace acoger el mandamiento del Señor y Maestro; la caridad nos da la dicha de ponerlo en práctica (cf. Jn 13,13-17). En la fe somos engendrados como hijos de Dios (cf. Jn 1,12s); la caridad nos hace perseverar concretamente en este vínculo divino y dar el fruto del Espíritu Santo (cf. Ga 5,22). La fe nos lleva a reconocer los dones que el Dios bueno y generoso nos encomienda; la caridad hace que fructifiquen (cf. Mt 25,14-30).

3. El lazo indisoluble entre fe y caridad

A la luz de cuanto hemos dicho, resulta claro que nunca podemos separar, o incluso oponer, fe y caridad. Estas dos virtudes teologales están íntimamente unidas por lo que es equivocado ver en ellas un contraste o una «dialéctica». Por un lado, en efecto, representa una limitación la actitud de quien hace fuerte hincapié en la prioridad y el carácter decisivo de la fe, subestimando y casi despreciando las obras concretas de caridad y reduciéndolas a un humanitarismo genérico. Por otro, sin embargo, también es limitado sostener una supremacía exagerada de la caridad y de su laboriosidad, pensando que las obras puedan sustituir a la fe. Para una vida espiritual sana es necesario rehuir tanto el fideísmo como el activismo moralista.

La existencia cristiana consiste en un continuo subir al monte del encuentro con Dios para después volver a bajar, trayendo el amor y la fuerza que derivan de éste, a fin de servir a nuestros hermanos y hermanas con el mismo amor de Dios. En la Sagrada Escritura vemos que el celo de los apóstoles en el anuncio del Evangelio que suscita la fe está estrechamente vinculado a la solicitud caritativa respecto al servicio de los pobres (cf. Hch 6,1-4). En la Iglesia, contemplación y acción, simbolizadas de alguna manera por las figuras evangélicas de las hermanas Marta y María, deben coexistir e integrarse (cf. Lc 10,38-42). La prioridad corresponde siempre a la relación con Dios y el verdadero compartir evangélico debe estar arraigado en la fe (cf. Audiencia general 25 abril 2012). A veces, de hecho, se tiene la tendencia a reducir el término «caridad» a la solidaridad o a la simple ayuda humanitaria. En cambio, es importante recordar que la mayor obra de caridad es precisamente la evangelización, es decir, el «servicio de la Palabra». Ninguna acción es más benéfica y, por tanto, caritativa hacia el prójimo que partir el pan de la Palabra de Dios, hacerle partícipe de la Buena Nueva del Evangelio, introducirlo en la relación con Dios: la evangelización es la promoción más alta e integral de la persona humana. Como escribe el siervo de Dios el Papa Pablo VI en la Encíclica Populorum progressio, es el anuncio de Cristo el primer y principal factor de desarrollo (cf. n. 16). La verdad originaria del amor de Dios por nosotros, vivida y anunciada, abre nuestra existencia a aceptar este amor haciendo posible el desarrollo integral de la humanidad y de cada hombre (cf. Caritas in veritate, 8).

En definitiva, todo parte del amor y tiende al amor. Conocemos el amor gratuito de Dios mediante el anuncio del Evangelio. Si lo acogemos con fe, recibimos el primer contacto ―indispensable― con lo divino, capaz de hacernos «enamorar del Amor», para después vivir y crecer en este Amor y comunicarlo con alegría a los demás.

A propósito de la relación entre fe y obras de caridad, unas palabras de la Carta de san Pablo a los Efesios resumen quizá muy bien su correlación: «Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un don de Dios; tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe. En efecto, hechura suya somos: creados en Cristo Jesús, en orden a las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos» (2,8-10). Aquí se percibe que toda la iniciativa salvífica viene de Dios, de su gracia, de su perdón acogido en la fe; pero esta iniciativa, lejos de limitar nuestra libertad y nuestra responsabilidad, más bien hace que sean auténticas y las orienta hacia las obras de la caridad. Éstas no son principalmente fruto del esfuerzo humano, del cual gloriarse, sino que nacen de la fe, brotan de la gracia que Dios concede abundantemente. Una fe sin obras es como un árbol sin frutos: estas dos virtudes se necesitan recíprocamente. La cuaresma, con las tradicionales indicaciones para la vida cristiana, nos invita precisamente a alimentar la fe a través de una escucha más atenta y prolongada de la Palabra de Dios y la participación en los sacramentos y, al mismo tiempo, a crecer en la caridad, en el amor a Dios y al prójimo, también a través de las indicaciones concretas del ayuno, de la penitencia y de la limosna.

4. Prioridad de la fe, primado de la caridad

Como todo don de Dios, fe y caridad se atribuyen a la acción del único Espíritu Santo (cf. 1 Co 13), ese Espíritu que grita en nosotros «¡Abbá, Padre!» (Ga 4,6), y que nos hace decir: «¡Jesús es el Señor!» (1 Co 12,3) y «¡Maranatha!» (1 Co 16,22; Ap 22,20).

La fe, don y respuesta, nos da a conocer la verdad de Cristo como Amor encarnado y crucificado, adhesión plena y perfecta a la voluntad del Padre e infinita misericordia divina para con el prójimo; la fe graba en el corazón y la mente la firme convicción de que precisamente este Amor es la única realidad que vence el mal y la muerte. La fe nos invita a mirar hacia el futuro con la virtud de la esperanza, esperando confiadamente que la victoria del amor de Cristo alcance su plenitud. Por su parte, la caridad nos hace entrar en el amor de Dios que se manifiesta en Cristo, nos hace adherir de modo personal y existencial a la entrega total y sin reservas de Jesús al Padre y a sus hermanos. Infundiendo en nosotros la caridad, el Espíritu Santo nos hace partícipes de la abnegación propia de Jesús: filial para con Dios y fraterna para con todo hombre (cf. Rm 5,5).

La relación entre estas dos virtudes es análoga a la que existe entre dos sacramentos fundamentales de la Iglesia: el bautismo y la Eucaristía. El bautismo (sacramentum fidei) precede a la Eucaristía (sacramentum caritatis), pero está orientado a ella, que constituye la plenitud del camino cristiano. Análogamente, la fe precede a la

caridad, pero se revela genuina sólo si culmina en ella. Todo parte de la humilde aceptación de la fe («saber que Dios nos ama»), pero debe llegar a la verdad de la caridad («saber amar a Dios y al prójimo»), que permanece para siempre, como cumplimiento de todas las virtudes (cf. 1 Co 13,13).

Queridos hermanos y hermanas, en este tiempo de cuaresma, durante el cual nos preparamos a celebrar el acontecimiento de la cruz y la resurrección, mediante el cual el amor de Dios redimió al mundo e iluminó la historia, os deseo a todos que viváis este tiempo precioso reavivando la fe en Jesucristo, para entrar en su mismo torrente de amor por el Padre y por cada hermano y hermana que encontramos en nuestra vida. Por esto, elevo mi oración a Dios, a la vez que invoco sobre cada uno y cada comunidad la Bendición del Señor.

Vaticano, 15 de octubre de 2012.

BENEDICTUS PP. XVI


miércoles, 13 de febrero de 2013

Hoy es Miércoles de CENIZA

¿MIÉRCOLES DE CENIZA?

Atrio de la Cuaresma.

13 de febrero.

El Miércoles de Ceniza es en toda la Iglesia día de ayuno y abstinencia, además un signo de este día es la imposición de las cenizas a los fieles que celebran la Misa. Con este día da inicio la Cuaresma (40 días de preparación para la Pascua), que comienza el Miércoles de Ceniza y termina el Domingo de Ramos.

Estas cenizas se elaboran a partir de la quema de los ramos del Domingo de Ramos del año anterior, y son bendecidas y colocadas sobre la cabeza o la frente de los fieles, como signo de la caducidad de la condición humana. Mientras lo hace pueden repetirse las siguientes palabras: "Convertíos y creed en el Evangelio" o también “Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás”. 

martes, 12 de febrero de 2013

VÍA CRUCIS de la FE

SOLEMNE VÍA CRUCIS EXTRAORDINARIO DEL AÑO DE LA FE EN ESTEPONA.

16 de febrero. 

Estepona.


Con motivo del Año de la Fe la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Semana Santa de Estepona organiza un Solemne Vía Crucis Extraordinario, que tendrá lugar el próximo sábado, 16 de febrero, a partir de las 20:30 horas, por las calles de nuestra ciudad, con la salida de los titulares de las tres hermandades de penitencia, Ntro. Padre Jesús Cautivo, Stmo. Cristo del Amor y Sto. Cristo de la Vera+Cruz.

Este Solemne Vía Crucis partirá desde la Parroquia Sta. María de los Remedios realizando el siguiente recorrido: Plaza San Francisco, Blas Ortega, Jesús y María, Granada, Jesús Cautivo, Terraza, Cristo del Amor, Zurbarán, Cid, Galicia, Azorín, Portada, Reyes, Concepción, Adolfo Suárez, Terraza, Veracruz, Blas Ortega, Plaza San Francisco y regreso a la Parroquia Sta. María de los Remedios.

Todos los cristianos de Estepona estamos convocados en este insigne Año de la Fe, convocado por el Santo Padre Benedicto XVI, a unirnos a los pasos del Señor mediante la práctica y la oración de este Vía Crucis, siguiendo al Salvador en su camino al Calvario y meditando en cada una de las estaciones las escenas de la Pasión y Muerte de Cristo. 

lunes, 11 de febrero de 2013

BENEDICTO XVI renuncia al Papado

EL PAPA BENEDICTO XVI ANUNCIÓ QUE POR SU AVANZADA EDAD RENUNCIA AL MINISTERIO PETRINO.

Iglesia Católica.

10 de febrero.


Os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice”. Así lo afirmó el papa durante el Consistorio Público Ordinario de esta mañana.

Queridísimos hermanos:

Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.

Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.

Vaticano, 10 de febrero 2013.

BENEDICTUS PP. XVI

Jornada Mundial del ENFERMO

CELEBRACIÓN DE LA JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO.

Iglesia Universal.

11 de febrero.


La Jornada Mundial del Enfermo se celebra todos los años el 11 de Febrero, coincidiendo con la Festividad de Ntra. Sra. de Lourdes. Esta celebración fue instituida el 13 de Mayo de 1992 por el Papa Juan Pablo II, día de la Stma. Virgen de Fátima.

La celebración anual de la Jornada Mundial del Enfermo tiene por objetivo:

  • Sensibilizar al Pueblo de Dios y, por consiguiente, a las varias instituciones sanitarias católicas y a la misma sociedad civil, ante la necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos.
  • Ayudar al enfermo a valorar, en el plano humano y sobre todo en el sobrenatural, el sufrimiento.
  • Hacer que se comprometan en la pastoral sanitaria de manera especial las diócesis, las comunidades cristianas y las familias religiosas.
  • Favorecer el compromiso cada vez más valioso del voluntariado. Recordar la importancia de la formación espiritual y moral de los agentes sanitarios.
  • Hacer que los sacerdotes diocesanos y regulares, así como cuantos viven y trabajan junto a los que sufren, comprendan mejor la importancia de la asistencia religiosa a los enfermos.  

ORACIÓN

Jesús, Buen Samaritano,
que viviste aliviando el sufrimiento 
de quienes encontrabas en el camino,
como expresión de la misericordia del Padre.
Nuestro mundo arde en deseos de eternidad,
pero el camino de la vida es largo y tortuoso:
hay violencia, desgracia y desesperanza.
Nuestro mundo sufre.
Ayúdanos a bajar a lo profundo del corazón,
donde habitan las carencias
y se descubren las necesidades,
donde se escucha el grito del dolor,
la voz de quien sufre y necesita.
Danos entrañas de misericordia,
para que no demos rodeos ante los que sufren
y sepamos caminar con los ojos del corazón abiertos
para ayudar a quienes nos necesitan.
Haznos, Señor, buenos samaritanos
para que el mundo descubra en nuestra vida
el rostro misericordioso del Padre.

Enfermo

viernes, 8 de febrero de 2013

Tallaje de la VERA+CRUZ

TALLA DE LOS HOMBRES DE TRONO DE LA HDAD. DE LA VERA+CRUZ.

Casa Hdad. de la Vera+Cruz.

Del 7 al 10 de febrero.



La Hdad. de la Vera+Cruz del 7 al 10 de febrero, desde las 19.30 horas a las 21:30, en su Casa Hdad. está llevando a cabo el tallaje de todos los tronos portados por hombres (Stmo. Cristo de la Vera+Cruz, Ntra. Sra. de los Dolores, Santo Entierro de Jesús y Ntra. Sra. de la Soledad). 

Desde la Hdad. ruegan a todos los que ya pertenecen al grupo de hombres de trono que acudan a la cita, y si alguno no lo es y quiere unirse a este grupo que acuda a la Casa Hdad.

jueves, 7 de febrero de 2013

Concurso fotográfico CAUTIVO y SALUD

I CONCURSO DE FOTOGRAFÍA DE LA SEMANA SANTA.

Hdad. Ntro. Padre Jesús Cautivo y María Stma. de la Salud.


La Ilustre y Venerable Hermandad Sacramental de Nazarenos de Ntro. Padre Jesús Cautivo y María Stma. de la Salud organiza el I Concurso de fotografía de la Semana Santa. El siguiente documento recoge las bases del concurso.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Cabildo Ordinario del CAUTIVO

LA HDAD. DEL CAUTIVO CELEBRA SU CABILDO ORDINARIO.

Parroquia Sta. María de los Remedios.

22 de febrero.


El próximo vienes 22 de Febrero a las 20:30 horas en 1ª convocatoria y a las 21:00  horas en 2ª convocatoria en el salón  parroquial de Santa María de los Remedios, con el siguiente orden del día:

  • Lectura y aprobación del acta anterior
  • Aprobación de Salida Procesional e inporte de las papeletas de sitios.
  • Aprobación del Orden de Procesión
  • Cultos a celebrar durante la Cuaresma
  • Elección de los censores para revisión del balance final de cuentas del ejercicio
  • Ruegos y preguntas.

Desde la Hermandad recuerdan que el Cabildo es el máximo órgano de deliberación y toma de decisiones de la Cofradía, por ello es de sumo interés que la celebración de dicho acto cuente con el mayor respaldo y consenso de los hermanos por ello os pedimos vuestra colaboración y participación en dicho acto.

Más información en www.pueblocautivo.es 

martes, 5 de febrero de 2013

Año de la FE en Sevilla

VÍA CRUCIS DEL AÑO DE LA FE EN SEVILLA.

Hermandad Sta. María de los Remedios.

17 de febrero.


La Hdad. de Sta. María de los Remedios organiza un Viaje de convivencia para asistir al Vía Crucis organizado por la Agrupación de HHCC de Semana Santa de Sevilla para el próximo 17 de febrero. 

lunes, 4 de febrero de 2013

Próxima parada: CUARESMA

SE ACERCA LA CUARESMA, ¡PREPARÉMONOS!

Del 13 de febrero al 22 de marzo.  

Iglesia Universal. 


La Iglesia en Estepona vuelve a tomar contacto con todos los internautas tras varias semanas con las redes sociales un poco descuidadas por motivos de salud. Por ello os ruego una petición por todos los enfermos: "María, Salud de los enfermos. Ruega por nosotros." 

Estas semanas son muchas las actividades que han tenido lugar en nuestra Iglesia, en nuestra Diócesis y en nuestro municipio, podemos destacar el Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos (del 18 al 25 de enero), la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado (20 de enero) la celebración de Ntra. Sra. de la Paz (24 de enero) titular de la Hermandad del Amor, la Jornada por la Infancia Misionera (27 de enero), el Cabildo Ordinario de la Hdad. del Rocío (1 de febrero), la Jornada por la Vida Consagrada (2 de febrero), la Igualá general de las cuadrillas de costaleros y la presentación del Pregonero del Costalero organizada por la Hdad. del Amor (2 de febrero), la Fiesta de la Luz y la Presentación de los niños ante el simpecao de la Virgen del Rocío en la Parroquia San José (3 de febrero). También se ha cerrado el plazo de inscripción de las candidatas a Reina y Damas de las Fiestas en honor al Patrón San Isidro Labrador (3 de febrero).

Muchas Jornadas, celebraciones, cultos y actos para estos primeros meses del año, que miran hacia la Cuaresma, un tiempo para preparar nuestro corazón y celebrar con gozo la Pascua del Señor, el paso de las tinieblas a la luz, de la muerte a la Vida y la Resurrección.