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La fe católica no se identifica con ningún proyecto político, ni la doctrina social de la Iglesia tiene soluciones técnicas para resolver los graves problemas que afectan a la sociedad. Pero a lo largo de los años se han elaborado, a la luz de la razón y del amor cristiano, un importante conjunto de principios que nos pueden ayudar ante las próximas elecciones:

"Todos los ciudadanos deben recordar que tienen el derecho y el deber de utilizar su sufragio libre para promover el bien común. La Iglesia alaba y tiene como digna de consideración la obra de aquellos que para servicio de los hombres se consagran al bien del Estado y aceptan las cargas de este deber." (Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes 75)


"Respecto a lo que sucedía en la sociedad industrial del pasado, se producen situaciones de deterioro humano y desperdicio social. El estar sin trabajo durante mucho tiempo, o la dependencia prolongada de la asistencia pública o privada, mina la libertad y la creatividad de la persona y sus relaciones familiares y sociales, con graves daños en el plano psicológico y espiritual." (Caritas in Veritate 25)


"Sin Dios, el hombre no sabe donde ir ni tampoco logra entender quién es. Ante los grandes problemas del desarrollo de los pueblos, que nos impulsan casi al desasosiego y al abatimiento, viene en nuestro auxilio la palabra de Jesucristo que nos hace saber: `Sin mí, no podéis hacer nada´. Y nos anima: `Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final del mundo´. Ante el ingente trabajo que queda por hacer, la fe en la presencia de Dios nos sostiene, junto con los que se unen en su nombre y trabajan por la justicia." (Caritas in Veritate 78)