Respetemos la MUERTE para respetar la VIDA

En esta excursión a la muerte que es la vida los cristianos nos podemos sentir bien acompañados.

El respeto a la vida pasa indefectiblemente por el respeto a la muerte. Por eso, cuando no respetamos la muerte tampoco respetamos la vida. Hoy celebramos la fiesta de los fieles difuntos. Un día con hondas raíces cristianas que nos devuelve la memoria de quienes nos precedieron con el signo de la fe.

Desde la fe en Dios podemos afirmar que quienes nos precedieron siguen viviendo. Nada, ni nadie, como recoge la Sagrada Escritura, podrá separarnos del amor de Dios. Con esa certeza el creyente encara el día de los difuntos. Pero qué ocurre cuando no se tiene fe y cuando la fe es débil, y cuando dudo de lo que se afirma desde la fe. En ese caso se abren varios caminos y cada cual elige el que quiere recorrer: el del abismo, con paso lento; el del silencio y la esperanza que se abre paso a dentelladas fuertes y calientes con la intuición de que esto no puede quedar así, que somos tan grandes que no podemos tener fecha de caducidad o el de la confianza basado en quien sabe que en Dios hay futuro a pesar de que la realidad se empeñe en demostrar que las cosas no son tan fáciles como desearíamos.