Aniversario de una gran VISITA

I ANIVERSARIO DE LA VISITA DE LA CRUZ Y EL ICONO EN ESTEPONA.

2 de mayo de 2011

2 de mayo de 2012.

Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011.

Hoy 2 de mayo de 2012 celebramos el I Aniversario de la Visita de la Cruz y el Icono en Estepona.

Hace un año... recibíamos la Visita de la Cruz y el Icono de la Virgen María, que con tanto cariño regaló Juan Pablo II a los jóvenes en 1984, para que recorrieran todos los rincones del mundo, visitando cientos y miles de pueblos y ciudades. Una Cruz con la que nos pusimos en camino.

Hace un año... teníamos en Estepona una Cruz de cuatro metros y un precioso Icono de la Madre de Dios, que se convirtieron en "antorcha olímpica" de la JMJ Madrid 2011. Una Cruz que es signo del amor de Cristo por la humanidad.  

Hace un año... gozábamos en la Parroquia Ntra. Sra. del Carmen con la llegada de la Cruz y el Icono de la Virgen, las campanas repicaban de solemnidad, las campanillas se agitaban sin parar y los aplausos al son de la flauta y el tamboril estremecían la nublada mañana esteponera. Una Cruz que no pasa indiferente ante nuestra realidad cotidiana.

Hace un año... disfrutábamos como niños, los cientos de jóvenes y no tan jóvenes, que nos congregamos para recibirla, amaneciendo bien temprano para tocarla, palparla, sentir sus arañazos y sus golpes, deseando que el abrazo durara una eternidad. Una Cruz que atrae hacia sí a millones de personas.

Hace un año... exprésabamos el gran deseo de participar en la JMJ pintando de color amarillo un día gris bajo el lema "A toda vela hacia Madrid", así lo recogía nuestro obispo en la homilía del pasado 8 de mayo en el Encuentro Diocesano de la Juventud. Una Cruz que sigue acompañándonos por los estrechos caminos de la vida.

Hace un año... cantábamos los sones de varios coros en uno solo, porque nuestro Redentor había dicho: "Padre, que sean uno, como Tú y yo somos uno". Una Cruz que nos une y nos acerca como hermanos para celebrar su presencia entre nosotros.  

Hace un año... sentíamos la mayor ilusión que puede vivir un pueblo campesino y marinero, bajo el amparo de una Madre, la Stma. Virgen del Carmen Coronada que se hacía testigo de la alegría de Estepona, aquella mañana del 2 de mayo. Una Cruz que la Virgen nos sigue señalando como senda para vivir una auténtica liberación.